martes, 15 de enero de 2013

Papi… ¿quién es el Che?


Fernando Murillo Flores

A las 7:30 de la mañana de un día martes 27 de noviembre de 2012, llevaba a Sofía en nuestro auto al colegio, de pronto, en la pista nos iba adelantando por el lado izquierdo un microbús y luego mi hija me preguntó ¿Papi, quien es el Che?, al terminar de pasar el microbús me percate que en él había una de esas tantas calcomanías de Ernesto el “Che” Guevara, y es la que había originado la pregunta de Sofía. Esa imagen del “Che”, basada en la famosa foto que Alberto Díaz “Korda” le tomara en 1960, es un ícono actual y vigente, por alguna razón, incluso, es una imagen de culto.

Sofía y yo estábamos a 45 años de la muerte del Che, ese octubre de 1967. En un instante me puse a pensar en cómo decirle a Sofía quien era Ernesto el “Che” Guevara sin cometer errores y, sobre todo, de cómo enfrentar las otras preguntas que vendrían luego desde esa personita de ocho añitos.

Hubo una vez – Sofía, le dije, un grupo de países en Centro América que eran una suerte de propiedades privadas, es decir, países en los que no existía más ley que la voluntad de sus gobernantes y ningún derecho para sus habitantes, los mismos que estaban sometidos a una dictadura, donde no había libertades mínimas. Luego le enumere aquellos que se me vinieron a la memoria: Nicaragua y República Dominicana, en estos países, le dije, gobernaban unos señores llamados Anastasio Somoza y Rafael Trujillo; en Cuba, gobernaba Fulgencio Batista, nada menos.

En Cuba, le conté, vivía un líder joven llamado Fidel Castro que se sublevó en contra de Batista y fracaso en un primer intento en 1953; luego que fuera indultado y exiliado en México se unió a otros jóvenes cubanos para ingresar clandestinamente a Cuba e iniciar un movimiento guerrillero que terminó con la caída de Batista y la liberación del pueblo cubano. A ese grupo de jóvenes cubanos, - Sofía, le conté, se le unió un joven idealista llamado Ernesto Guevara que tenía estudios de medicina y había recorrido Latinoamérica y, por supuesto el Perú, estuvo en Cuzco y visitó Machupicchu, a él se le llamó “el Che” porque era argentino Sofía, como Che Copete el argentino amigo de Condorito, - ¿recuerdas?.

En ese momento de la historia de ese País Cuba – Sofía, le mencioné, se justificó la actitud de esos jóvenes de utilizar la violencia de una guerrilla para derrotar a Batista que tenía el control absoluto de Cuba. Ese era, creo, su único objetivo: la libertad de Cuba y devolverle a ese país su orgullo como pueblo, su dignidad y derechos a las personas que lo habitaban.

El Che – Sofía, era un líder guerrillero nato, educado e instruido, identificado con la causa de la libertad, que dirigió la lucha en la misma línea de fuego contra el ejército y la policía de Batista. Así Sofía llegaron a liberar Cuba y todos quienes habían llegado al Poder bajo la dirección de Fidel Castro se constituyeron en los nuevos gobernantes de Cuba, lamentablemente, ese gobierno cayó en la misma actitud de Batista, establecieron una dictadura, esta vez, una dictadura de un partido, de una ideología adscrita al entonces bloque comunista liderado por la Unión Soviética que ayudó a Cuba a tener una auge en educación (bajo o nulo índice de analfabetismo) en servicios de salud pública, pero con un régimen político duro que era impuesto y aceptado por la existencia de Fidel Castro, quien ahora está retirado de la política y dirección de su país, pero que sigue como una figura emblemática tras el poder que ahora ejerce su hermano y que de seguro es el único sostén del régimen. ¿Habrá que ver qué sucede cuando muera Fidel? habrá que ver, pero, esperemos Sofía que cuando eso suceda Cuba realmente sea libre, de quien paradójicamente la liberó de Batista.

El Che – Sofía, fue nombrado por Fidel, en medio del fragor de la lucha, Comandante, cuando apenas era teniente; llegó a ser declarado hijo de Cuba, ocupó cargos importantes en el gobierno de Castro, pero él deseaba seguir luchando por la libertad del Latinoamérica que consideraba esclava del imperialismo. Dejó todo en Cuba, su posición privilegiada, los honores del poder y emprendió una nueva lucha que inició en Bolivia y allí fue muerto, ahora se sabe que fue asesinado, sus restos hace poco que fueron llevados a Cuba donde actualmente reposan para la eternidad.

Sí Sofía, él utilizó la violencia, de seguro mató a muchas personas que servían al ejercito oficial, pero lo hizo en abierta y franca confrontación con las fuerzas de un gobierno que sin duda era dictatorial y opresor, aunque también se hicieron muchos ajusticiamientos posteriores al triunfo de la llamada revolución cubana o triunfo de la guerrilla. Sí eso existió Sofía, eso es muy malo, pues nadie merece ser muerto sin más ni más, y si la pena de muerte existe en algunos lugares de este mundo, esperemos que siempre lo sea como producto de un proceso judicial con todas las garantías y pruebas. El Che, Sofía, condujo personalmente en la Cabaña, una serie de procesos judiciales sumarios a muchas personas que colaboraron con el régimen de Batista, muchos de esos juicios terminaron con sentencias de muerte, se dice que de unas 450 personas, de prisión y, en algunos casos de penas menores o absoluciones. Quienes justifican esas ejecuciones dicen que Batista, para sostener su régimen, mató como a 20,000 personas.

El Che, querida hija mía, según cuentan quienes escribieron sobre él y quienes compartieron su vida con él, era una persona muy educada e instruida, muy culta e íntegra en su vida personal y política, él nunca ordenaba algo que él mismo no había hecho, optó por ser revolucionario mediante la acción política violenta de la guerrilla en un determinado espacio y tiempo que de seguro justificó tal acción, es difícil repetir ahora ese momento histórico en el que su vida y acción política tuvo sentido, quien lo decida hacer, no sólo caerá en la mediocridad, sino en el absurdo de estar fuera del tiempo y espacio. En su vida el Che, Sofía, fue antes que un comandante, un soldado, antes que un jefe, un trabajador, nunca reclamó privilegios ni admitió que se los diesen, siempre estuvo en la línea de fuego.

Sabes, - Sofía, no debemos olvidar que en nuestro Perú existieron unos movimientos muy violentos y que nos hicieron sangrar mucho, utilizando la violencia en nombre de ideologías trasnochadas. Sendero Luminoso que fue un movimiento terrorista, es decir, delictivo y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru que pretendió ser un movimiento guerrillero pero que terminó siendo un movimiento delincuencial como cualquier otro, o peor. Estas acciones de grupos de personas equivocadas fracasaron por estar fuera del tiempo y espacio necesarios para que dichas acciones existan. Sofía, el Perú es un país de mucha historia y tradiciones, es nuestra patria, es un Estado al que debemos dar mucha estabilidad con nuestra educación e instrucción, el Perú tiene una institucionalidad, una democracia y, de seguro, muchas cosas que debemos cambiar, pero nunca debe encontrarse justificación, en esas cosas pendientes a cambiar, para la violencia, sino para las ideas y para los planteamientos, provenientes de nuestra capacidad intelectual. Eso sí Sofía, nunca pierdas tu capacidad de indignación y de rebeldía ante la injusticia y arbitrariedad, debes ser firme ante esas dos cosas que mutilan el espíritu de las personas, aunque no hay que olvidar lo que dijo Thomas Jefferson: “El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural.”, pero Dios nos libre de estar en esa encrucijada hija mía.

Sofía, El Nobel José Saramago, dijo, “El Che Guevara, si tal se puede afirmar, continuó existiendo después de haber muerto. Porque el Che Guevara es solo el otro hombre de lo que hay de más justo y digno del espíritu humano. Lo que tantas veces vive adormecido dentro de nosotros. Lo que debemos despertar para conocer y conocernos, para agregar el paso humilde de cada uno al camino de todos.”. Te cuento también que el Che les escribió una carta a sus hijos antes de partir hacia Bolivia, en esa carta les decía: “Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones (…) sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia, cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo (…)”, también le dejo otra a Fidel Castro en la que se despide y para concluirla dijo: “Hasta la victoria siempre” 

Sofía, cuando seas adolescente lee lo fundamental, aliméntate de lo imprescindible, prepárate, sobre la base de tus conocimientos para cambiar la realidad que, como dice Savater, es lo que se nos resiste y, aunque no lo logres, el intento vale y si lo logras el intento vale el doble, pues cuando uno se va poniendo viejo, vive la realidad que no tuvo el valor de cambiar. Es 24 de diciembre de 2012, Sofía y yo estamos por la calle del medio, hay una librería por allí, en los estantes veo un libro que se llama “El libro de los porqués”, se lo compro a mi hija, levanto la mirada y allí veo otro libro “Che Guevara, vida, muerte y resurrección de un mito” de Reginaldo Ustariz, me lo compro, Sofía y yo, cada uno con sus libros, nos cogemos de la mano en esta navidad 2012 con la esperanza de que en nuestras vidas, en el futuro, no claudiquemos en lo esencial: “Hasta la victoria siempre” Sofía.