domingo, 10 de febrero de 2013

“El socio 171.761 del F.C. Barcelona”


La noticia decía: “Milan Piqué Mebarak, el hijo alumbrado anoche por la cantante colombiana Shakira en una clínica de Barcelona (noreste de España), ya es socio del F.C. Barcelona, equipo en el que juega su padre, el defensa Gerard Piqué”, la noticia sigue: “El ex directivo del FC Barcelona Amador Bernabéu, abuelo de Piqué, ha hecho este miércoles al bebé socio de la entidad catalana, con el número 171.761.

Me pregunto ¿y si a Milan Piqué Mebarak no le gustara el fútbol? o ¿prefiriese ser hincha del Real Madrid?, ¿qué hará el pobre Milan?, ¿seguir la tradición?, ¿así porque sí, nada más?

Muchas veces he visto a jóvenes parejas ataviadas con la camiseta de tal o cual equipo y el bebe que llevan consigo vistiendo la misma camiseta o, lo que es peor, el padre con la camiseta de un equipo, la madre con la de otro equipo y el bebe con una camiseta mitad de un equipo y mitad del otro equipo, luego no se quejen cuando elija otro equipo o se quede al medio.

Mucho más doloroso es ver a un niño vestido de militar con un arma de juguete y desfilando sin tener noción de  lo que es la patria o saber que hay otras formas de amarla y defenderla día a día; o ver a otro niño repitiendo frases que no entiende y que lo convertirán en un fanático al no poder cuestionar las ideas impuestas; o ver a otro niño siendo tatuado en el brazo con números cabalísticos y llorando, o ver a otra niña sometida a cirugía plástica para corregir sus orejas.

Particularmente pienso que cada uno es libre de hacer con sus cosas lo que le venga en gana, incluso con su vida; pero no creo que uno pueda hacer con sus hijos lo que le venga en gana, lo que implica su vida y, sobre todo, con su libertad, restándoles uno de los aspectos más preciados de ella: su libertad de elegir que en esencia es un valor.

Incluso creo que los hijos deberían tener el derecho, sin dar explicación alguna, de poder cambiarse el nombre al momento de cumplir su mayoría de edad, pues hay cada nombre que uno escucha o lee por allí, que van desde los absurdos hasta los extranjeros mal escritos, que realmente son un estigma de por vida.

Savater dice: “Ser libre significa que tienes la posibilidad de escoger entre distintas posibilidades, en decidir lo que quiero intentar entre el abanico de actividades propias de los humanos”[1] Estoy de acuerdo así como lo que el filósofo le hace decir a uno de sus personajes en Los invitados de la Princesa[2]: “Yo creo que uno de los primeros objetivos de la educación escolar debe ser proteger a los hijos de la influencia de sus padres. O por lo menos ofrecerles alternativas razonables.

Jean Paul Sartre dijo que “el hombre está condenado a ser libre” y en verdad no existe otra forma de vivir que no sea en un estado de libertad, respetando la libertad del otro y de los otros. No debemos hacer que un niño esté libre de esa condena dolorosa que implica el ser libre. Muchas veces, como sostiene Erich Fromm, tenemos miedo a la libertad, a ejercerla y ello es porque cada vez estamos más uniformizados, más masificados, entonces, la individualidad se sumerge en el olvido y nuestra esencia humana traducida en la capacidad de pensar, de cuestionar, de razonas esta cada vez más sumergida. 

El cerebro y el espíritu de un niño están en blanco, son en esencia una tabula rasa en la que no debemos escribir absolutamente nada que no sean las pautas para discernir entre el bien y el mal, lo necesario para asumir con valentía y a cualquier precio el deber, el respeto por los derechos del otro, el pedir por favor, el ser agradecidos, el buen comportamiento, los buenos modales, la capacidad de indignarse ante la injusticia, lo que implica inculcar ser justos e identificar la injusticia y luchar militantemente contra ella (siempre). En suma al niño se le debe enseñar la ética, es decir, el vivir bien, tomando las decisiones más justas para lograr el bien.

Hago una oración porque cada niño pueda escribir, como lo hizo nuestro cantautor Gian Marco una canción que llamó “Retrato” y en cuyas letras dice: “Tengo en un libro las palabras de mi madre, y en el recuerdo de mi padre una oración. Me dieron tantas cosas buenas, me dieron alas y mil pruebas. Me enseñaron siempre a pedir por favor (…) Hoy se desnudan sin temor mis alegrías. Y mis tristezas las descubro sin pudor. Hoy sigo siendo el amo y dueño de mis historias y mis sueños”.

Ojala, entonces, que cada niño pueda recitar los versos de William Ernest Henley y decir en cada momento de su vida: “soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma.” Ojala.





[1] Savater, Fernando. Ética de Urgencia. Ariel, 2012. P. 86
[2] Savater, Fernando. Los invitados de la Princesa. Espasa, 2012. P 105

martes, 15 de enero de 2013

Papi… ¿quién es el Che?


Fernando Murillo Flores

A las 7:30 de la mañana de un día martes 27 de noviembre de 2012, llevaba a Sofía en nuestro auto al colegio, de pronto, en la pista nos iba adelantando por el lado izquierdo un microbús y luego mi hija me preguntó ¿Papi, quien es el Che?, al terminar de pasar el microbús me percate que en él había una de esas tantas calcomanías de Ernesto el “Che” Guevara, y es la que había originado la pregunta de Sofía. Esa imagen del “Che”, basada en la famosa foto que Alberto Díaz “Korda” le tomara en 1960, es un ícono actual y vigente, por alguna razón, incluso, es una imagen de culto.

Sofía y yo estábamos a 45 años de la muerte del Che, ese octubre de 1967. En un instante me puse a pensar en cómo decirle a Sofía quien era Ernesto el “Che” Guevara sin cometer errores y, sobre todo, de cómo enfrentar las otras preguntas que vendrían luego desde esa personita de ocho añitos.

Hubo una vez – Sofía, le dije, un grupo de países en Centro América que eran una suerte de propiedades privadas, es decir, países en los que no existía más ley que la voluntad de sus gobernantes y ningún derecho para sus habitantes, los mismos que estaban sometidos a una dictadura, donde no había libertades mínimas. Luego le enumere aquellos que se me vinieron a la memoria: Nicaragua y República Dominicana, en estos países, le dije, gobernaban unos señores llamados Anastasio Somoza y Rafael Trujillo; en Cuba, gobernaba Fulgencio Batista, nada menos.

En Cuba, le conté, vivía un líder joven llamado Fidel Castro que se sublevó en contra de Batista y fracaso en un primer intento en 1953; luego que fuera indultado y exiliado en México se unió a otros jóvenes cubanos para ingresar clandestinamente a Cuba e iniciar un movimiento guerrillero que terminó con la caída de Batista y la liberación del pueblo cubano. A ese grupo de jóvenes cubanos, - Sofía, le conté, se le unió un joven idealista llamado Ernesto Guevara que tenía estudios de medicina y había recorrido Latinoamérica y, por supuesto el Perú, estuvo en Cuzco y visitó Machupicchu, a él se le llamó “el Che” porque era argentino Sofía, como Che Copete el argentino amigo de Condorito, - ¿recuerdas?.

En ese momento de la historia de ese País Cuba – Sofía, le mencioné, se justificó la actitud de esos jóvenes de utilizar la violencia de una guerrilla para derrotar a Batista que tenía el control absoluto de Cuba. Ese era, creo, su único objetivo: la libertad de Cuba y devolverle a ese país su orgullo como pueblo, su dignidad y derechos a las personas que lo habitaban.

El Che – Sofía, era un líder guerrillero nato, educado e instruido, identificado con la causa de la libertad, que dirigió la lucha en la misma línea de fuego contra el ejército y la policía de Batista. Así Sofía llegaron a liberar Cuba y todos quienes habían llegado al Poder bajo la dirección de Fidel Castro se constituyeron en los nuevos gobernantes de Cuba, lamentablemente, ese gobierno cayó en la misma actitud de Batista, establecieron una dictadura, esta vez, una dictadura de un partido, de una ideología adscrita al entonces bloque comunista liderado por la Unión Soviética que ayudó a Cuba a tener una auge en educación (bajo o nulo índice de analfabetismo) en servicios de salud pública, pero con un régimen político duro que era impuesto y aceptado por la existencia de Fidel Castro, quien ahora está retirado de la política y dirección de su país, pero que sigue como una figura emblemática tras el poder que ahora ejerce su hermano y que de seguro es el único sostén del régimen. ¿Habrá que ver qué sucede cuando muera Fidel? habrá que ver, pero, esperemos Sofía que cuando eso suceda Cuba realmente sea libre, de quien paradójicamente la liberó de Batista.

El Che – Sofía, fue nombrado por Fidel, en medio del fragor de la lucha, Comandante, cuando apenas era teniente; llegó a ser declarado hijo de Cuba, ocupó cargos importantes en el gobierno de Castro, pero él deseaba seguir luchando por la libertad del Latinoamérica que consideraba esclava del imperialismo. Dejó todo en Cuba, su posición privilegiada, los honores del poder y emprendió una nueva lucha que inició en Bolivia y allí fue muerto, ahora se sabe que fue asesinado, sus restos hace poco que fueron llevados a Cuba donde actualmente reposan para la eternidad.

Sí Sofía, él utilizó la violencia, de seguro mató a muchas personas que servían al ejercito oficial, pero lo hizo en abierta y franca confrontación con las fuerzas de un gobierno que sin duda era dictatorial y opresor, aunque también se hicieron muchos ajusticiamientos posteriores al triunfo de la llamada revolución cubana o triunfo de la guerrilla. Sí eso existió Sofía, eso es muy malo, pues nadie merece ser muerto sin más ni más, y si la pena de muerte existe en algunos lugares de este mundo, esperemos que siempre lo sea como producto de un proceso judicial con todas las garantías y pruebas. El Che, Sofía, condujo personalmente en la Cabaña, una serie de procesos judiciales sumarios a muchas personas que colaboraron con el régimen de Batista, muchos de esos juicios terminaron con sentencias de muerte, se dice que de unas 450 personas, de prisión y, en algunos casos de penas menores o absoluciones. Quienes justifican esas ejecuciones dicen que Batista, para sostener su régimen, mató como a 20,000 personas.

El Che, querida hija mía, según cuentan quienes escribieron sobre él y quienes compartieron su vida con él, era una persona muy educada e instruida, muy culta e íntegra en su vida personal y política, él nunca ordenaba algo que él mismo no había hecho, optó por ser revolucionario mediante la acción política violenta de la guerrilla en un determinado espacio y tiempo que de seguro justificó tal acción, es difícil repetir ahora ese momento histórico en el que su vida y acción política tuvo sentido, quien lo decida hacer, no sólo caerá en la mediocridad, sino en el absurdo de estar fuera del tiempo y espacio. En su vida el Che, Sofía, fue antes que un comandante, un soldado, antes que un jefe, un trabajador, nunca reclamó privilegios ni admitió que se los diesen, siempre estuvo en la línea de fuego.

Sabes, - Sofía, no debemos olvidar que en nuestro Perú existieron unos movimientos muy violentos y que nos hicieron sangrar mucho, utilizando la violencia en nombre de ideologías trasnochadas. Sendero Luminoso que fue un movimiento terrorista, es decir, delictivo y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru que pretendió ser un movimiento guerrillero pero que terminó siendo un movimiento delincuencial como cualquier otro, o peor. Estas acciones de grupos de personas equivocadas fracasaron por estar fuera del tiempo y espacio necesarios para que dichas acciones existan. Sofía, el Perú es un país de mucha historia y tradiciones, es nuestra patria, es un Estado al que debemos dar mucha estabilidad con nuestra educación e instrucción, el Perú tiene una institucionalidad, una democracia y, de seguro, muchas cosas que debemos cambiar, pero nunca debe encontrarse justificación, en esas cosas pendientes a cambiar, para la violencia, sino para las ideas y para los planteamientos, provenientes de nuestra capacidad intelectual. Eso sí Sofía, nunca pierdas tu capacidad de indignación y de rebeldía ante la injusticia y arbitrariedad, debes ser firme ante esas dos cosas que mutilan el espíritu de las personas, aunque no hay que olvidar lo que dijo Thomas Jefferson: “El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural.”, pero Dios nos libre de estar en esa encrucijada hija mía.

Sofía, El Nobel José Saramago, dijo, “El Che Guevara, si tal se puede afirmar, continuó existiendo después de haber muerto. Porque el Che Guevara es solo el otro hombre de lo que hay de más justo y digno del espíritu humano. Lo que tantas veces vive adormecido dentro de nosotros. Lo que debemos despertar para conocer y conocernos, para agregar el paso humilde de cada uno al camino de todos.”. Te cuento también que el Che les escribió una carta a sus hijos antes de partir hacia Bolivia, en esa carta les decía: “Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones (…) sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia, cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo (…)”, también le dejo otra a Fidel Castro en la que se despide y para concluirla dijo: “Hasta la victoria siempre” 

Sofía, cuando seas adolescente lee lo fundamental, aliméntate de lo imprescindible, prepárate, sobre la base de tus conocimientos para cambiar la realidad que, como dice Savater, es lo que se nos resiste y, aunque no lo logres, el intento vale y si lo logras el intento vale el doble, pues cuando uno se va poniendo viejo, vive la realidad que no tuvo el valor de cambiar. Es 24 de diciembre de 2012, Sofía y yo estamos por la calle del medio, hay una librería por allí, en los estantes veo un libro que se llama “El libro de los porqués”, se lo compro a mi hija, levanto la mirada y allí veo otro libro “Che Guevara, vida, muerte y resurrección de un mito” de Reginaldo Ustariz, me lo compro, Sofía y yo, cada uno con sus libros, nos cogemos de la mano en esta navidad 2012 con la esperanza de que en nuestras vidas, en el futuro, no claudiquemos en lo esencial: “Hasta la victoria siempre” Sofía.