sábado, 12 de junio de 2010

Memorándum a Sofía


Querida Sofía:

No te asustes porque tu padre te envíe un memorándum, y encima de manera pública, pero debo decirte que sólo la mediocre cultura organizacional peruana utiliza el memorándum, desnaturalizando el honor de este documento, generalmente para sancionar a alguien o recordarle que si no hace algo lo sancionan y, para colmo de males incluso los jefes suelen decirle al destinatario del memorándum que se lo redacte él mismo y con copia a su file; cuando ninguna de esas connotaciones se deriva del significado de la palabra memorándum.

Bueno, dejemos de lado ese rollo y quiero decirte que hace un buen tiempo tomé debida nota de tu conciencia de la vejez ¿recuerdas cuándo fue?, te lo recuerdo, fue cuando tu madre me pidió que te saque de la tina, te puse la batita y ella, cual turbante de esos tipos que pueblan las mil y una noches entre Bagdad y Basora, te envolvió la toalla en la cabeza, fue allí cuando me dijiste ¡¡mira papi, mis deditos están viejecitos…!! sí, en efecto, las yemitas de tus dedos estaban como pasitas todas arrugadas y tus huellitas digitales se habían acentuado. Como muchas cosas se aprenden por relación, tú relacionaste – en tu proceso de aprendizaje – las arrugas de los ancianos con lo arrugadas que estaban las yemitas de tus deditos luego de haber estado un buen tiempo en la tina jugando el agua mientras te bañabas. ¿Ves Sofía que un memorándum es para recordar cosas buenas e importantes?, de modo que este no será el primero ni el último que recibas de tu padre.

Pero tú te preguntarás ¿papi y a que viene este rollo de la vejez?, bueno, te lo explico, sabes que muchos de los cuentos que te he leído empiezan con esa frasecilla “Había una vez…” o “Hubo una vez…”, pero lo que te contaré no es uno de esos cuentos con los que Sherezade salva imaginativamente el cogote distrayendo al Rey Shahriar, sino que es una historia que trajeron los medios de comunicación.

Aracely Díaz tiene ocho años, Sofía, pero cada uno de sus años, debido a una enfermedad que padece de nacimiento, equivalen a ocho o diez años, de modo que hoy tiene, biológicamente hablando, 80 años, aunque su edad mental es de la niña de ocho años. La noticia informa que el mal que padece se llama progeria y que las personas que sufren ese mal viven entre 10 y 19 años y conforme van envejeciendo reciben tratamiento médico para las enfermedades que empiezan a sufrir “con la edad”.

En uno de esos libros que tu padre lee y relee hay una frase que dice: “la certidumbre personal de la muerte nos humaniza, es decir nos convierte en verdaderos humanos mortales (…) Al morir, cada cual es definitivamente él mismo y nadie más. Lo mismo que al nacer traemos al mundo lo que nunca antes había sido, al morir nos llevamos lo que nunca volverá a ser” (Savater, Fernando, Las preguntas de la vida, Ariel, 1999, pp. 31, 35) y mi tocayo cuenta en ese mismo libro que él tomo conciencia de la muerte más o menos a los 10 años y de la siguiente forma “De pronto me senté a oscuras en la cama: ¡yo también iba a morirme!, ¡era lo que me tocaba, lo que irremediablemente me correspondía!, ¡no había escapatoria!”

Te cuento que cuando mi madre, tu abuelita Elena, me dijo que mi padre había muerto, yo tenía 9 años y no comprendí la dimensión de la noticia, tal como entiendo la muerte hoy en día, no creo que tu tomes conciencia de la muerte tampoco a la edad que tienes, por eso este memorándum, pero sabes, esa niña sólo mayor que tú – mentalmente hablando – en tres años pues tiene ocho, aún no creo que sepa que va a morir tal y como lo sabe un adulto, es decir, si no tiene conciencia de la vida, o mejor dicho no tuvo tiempo para ello, mucho menos la tendrá de la muerte.

Es obvio que cuando muera – como dice ese molestoso de Savater – se llevará con ella lo que nunca volverá a ser, pues además su caso es de uno en ocho millones de posibilidades, pero, ¿tú crees que esa niña tenga tiempo para ser lo que nunca fue?, pues la idea que nosotros tenemos de ella no es lo que realmente ella es o pudo ser si hubiese tenido la vida por delante.
Me explico Sofía, cuando una persona es sana tiene una expectativa de vida u horizonte de vida, tiene tiempo de educarse, instruirse y vivir la vida de manera plena, incluso planificando su vida, siempre y cuando se pueda, claro está, salvo que por allí pase la parca que a veces maneja distraída o sencillamente ebria, toda ella como siempre, la atropella cual combi asesina y termina con los planes y lo que nunca fue.

Si como dice Savater cuando uno nace trae consigo lo que nunca fue, para poder llevarse consigo lo que nunca volverá a ser, debe tener ese alguien la oportunidad de ser, pero ello se da en ese plazo que llamamos vida.

Si te das cuenta, tus padres contamos con tu tiempo para educarte, enseñarte e instruirte en lo mínimo indispensable para vivir en nuestra sociedad, te enseñaremos como es que pinta esta sociedad pegajosa para que puedas utilizar el disolvente que quieras, sin renunciar – claro está – a los principios sin los que podríamos volver – como a veces parece – a la barbarie.

Estuve anoche cuidando en el hospital a Elena, mi madre y tu abuela paterna, ella tiene más de ochenta años y el cuerpo cansado, como ya lo viste en su casa al darle un besito en su arrugado rostro e incluso le acariciaste el cabellito blanco, ella está mal por eso de que es una velita – como te dije – que aún de una manera cansada alumbra; pero ¿sabes? Sofia, en esos momentos pensé en esa niña de ocho años y de ochenta a su vez, que es apenas mayor que tú en tres años de los cinco que tienes, y tiene el mismo cansancio corporal que tu abuelita… ella y esa niña, Sofia, están arrugaditas como las yemitas de tus dedos luego de tu baño.

Pero la diferencia Sofía es que tu abuelita vivió bien, alumbró intensamente, ella era muy alegre Sofía, el tiempo le fue suficiente para ser quien nunca fue, ella se llevará lo que nunca volverá a ser y de lo que yo debo dar testimonio ante ti, en tus venitas corre la sangre que ella nos dio, si bien llegaste un poco tarde a su plenitud, nunca será tarde para ver cuánto es que de ella tengo en cada cosa que te enseño, pues ella fue educadora de cientos de personas que en algún momento te dirán – tu abuelita me enseño, - o le enseñó a mi madre, - o, de repente, a mi hermana.

A su tiempo entenderás de la muerte, tendrás tiempo para ello, pero una niña de ocho años cuya edad mental responde a esa edad y es casi como la tuya, cómo entenderá lo que para un anciano es fácil por la resignación; cómo habrá entendido su ceguera, su artrosis… ¿no crees Sofía que eso es no tener, paradójicamente, la oportunidad de ser?, tú crees que habría sido posible hacerle vivir y saber lo que aprendemos en cinco o seis décadas de vida en sólo ocho años, sin contar aquellos en los que de seguro fue niña.

Hoy día estuviste en tus clases de piano, te tomas tu tiempo para aprender, tienes todo el tiempo por delante, puedes jugar con el tiempo y en el tiempo, tendrás el tiempo de tocar Für Elise de Bethoven que muy bien te gusta y me encanta; espero que el tiempo no juegue conmigo y la parca ande distraída y borracha en otro lado del orbe, y así me pueda sentar a observarte; verte sentada en el taburete; elevar tus manos como mariposas y tus brazos caer como soga, tal cual te lo enseña la Profesora Lisa, y sobre el teclado blanco y negro de un lindo piano, escuchar lo que en el tiempo tuviste la oportunidad aprender y de ser, sabiendo que hay muchos que como esa niña de 8 años en un cuerpo de una mujer de 80 años no tuvo la oportunidad de ser.

Sofía, vive la vida de manera intensa y sabia, ya eres quien nunca fue y por eso única e irreductible, ahora debes ser quien nunca volverá a ser, tienes el tiempo – tú tiempo – para lograrlo, tu vida, nuestra vida, debe ser un homenaje a quienes no tienen tiempo de ser, como esa niña de ocho y ochenta años. Tic tac, tic tac, tic tac…

Ah… una cosa más, querida Sofía, siempre debes decir la verdad. Sin embargo, igual de importante es siempre bueno e importante recordarte que no hables con extraños, así sea ese extraño la esposa de un presidente de un país importante, sino mira lo que le pasó a la familia de Daysi Cueva Juica, pues esta niña le dijo a la esposa de Obama, que su madre no tenía papeles en el país de la libertad y del american dream. Ahora ni ella ni su familia son habidos. Cuida de no hablar con extraños ¿sí?

martes, 13 de abril de 2010

Lugares nada comunes


Acabo de leer e informarme sobre la decisión que ha tomado John Paul Stevens, Juez de la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica, de retirarse del servicio activo antes de cumplir los 90 años de edad. Que emocionante debe ser para un magistrado retirarse cuando él lo decida, cuando él lo quiera siempre y cuando Dios lo bendiga con la lucidez – claro está –, que emocionante debe ser escuchar cómo la noticia se difunde y que a uno lo describan como magistrado y de inmediato surjan los comentarios sobre temas del equilibrio de tendencias de su tribunal por la ausencia que dejará uno de sus magistrados, en función de las decisiones en que participó, así como la trascendencia de las mismas. Qué emocionante debe ser…

Fernando Murillo Flores, es un Juez Superior, nombrado como tal en la Corte Superior de Justicia del Cusco, por el Consejo Nacional de la Magistratura en abril de 2003, cuando tenía 37 años; de acuerdo a la Constitución, su contrato de trabajo debe ser ratificado cada 7 años, de modo que este mes vence su primer contrato. No sabe si será ratificado o no, si no lo es habrá dejado de ser juez luego de 7 años de servicio y a los 43 años de edad y punto aparte… ¡ah! y lo que pueda decir o escribir antes de que eso suceda no le importa a nadie más que a los que lo aman, que son pocos y están en la foto familiar.

Salvando las distancias de espacio y tiempo – por ello eso de lugares nada comunes – que sin duda me ubican a años luz de John Paul Stevens, quien además tendría que aceptar mis disculpas por poner su nombre y el mío en esta similitud tan ridícula, me siento como en una caverna tratando de hacer una pintura rupestre, mientras alguien por allí trata de hacer fuego.

John Paul Stevens, fue nombrado en 1975 como Juez de la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica, por el Presidente Gerald R. Ford, si nació en 1920, quiere decir que lo nombraron Juez Supremo a los 55 años y de por vida, él no tuvo que preocuparse sobre el vencimiento de su contrato, ni de si era o no ratificado, ni tuvo que hacer un informe sobre su trabajo o la organización del mismo. Sólo tuvo una preocupación: Ser Juez. John Paul Stevens, se limitó a ser un magistrado que a través de sus decisiones y votos se hizo conocer como el más progresista de todos los nueve miembros de la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica. Un dato muy importante es que originariamente él era de tendencia conservadora, no en vano fue designado por un presidente de esa tendencia, pero con el correr de los años fue amigable a posiciones liberales, conforme dicen que cambian los tiempos.

Pero, ¿cuál es la importancia de este dato?, creo que dos cosas son importantes, la capacidad de cambiar de posición que requiere de madurez, sea en uno u otro sentido, sin dejar de contar el valor de hacerlo y, además, la independencia frente a quien lo designa a uno como magistrado. En los Estados Unidos la designación de un magistrado para la Suprema Corte la hace el Presidente, con el voto favorable del Congreso, por tanto, no es difícil pensar que siempre existe la posibilidad de que la designación recaiga en un Abogado que tenga una tendencia determinada, frente a esos dos polos existentes desde tiempos inmemoriales: la conservadora o de derecha y la liberal o de izquierda. Teniendo en cuenta ello, un Tribunal como la Suprema Corte de los Estados Unidos de Norteamérica, cuenta entre sus miembros con magistrados de determinas tendencias que se reflejan en las decisiones que toma, frente a los problemas que se les plantea como el aborto o las relaciones homosexuales, etc.
Hace poco, el año pasado, el Presidente Obama ha designado como magistrada de la Suprema Corte a Sonia Sotomayor, de origen latino y de tendencia liberal, como se ve, es una designación en reflejo de la tendencia del Presidente; tal vez John Paul Stevens consciente del momento político y de quien gobierna su país, ha tenido el gesto de brindar – luego de una extraordinaria carrera – una segunda oportunidad al Presidente Obama para designar a otro miembro de la Suprema Corte de una igual tendencia, para así no sólo mantener el equilibrio en este Tribunal, sino de renovarle en fuerza de juventud. Sea cual fuese la razón de la decisión, lo envidiable es que es una decisión de un magistrado no solamente al final de una vida lúcida, sino de manera independiente.

Acabo de abrir la web de El País, allí me entero la noticia: “Baltasar Garzón será llevado a juicio por prevaricato”. Bueno, a este emblemático y polémico magistrado se le ocurrió ir más allá de una ley de amnistía sobre los crímenes que se habrían cometido durante la dictadura franquista; en resumen, su determinación lo llevó a preferir los tormentos de la memoria (Gabo dixit) y la conciencia, frente a la paz hipócrita de decir “aquí no paso nada”. Aquí en el Perú tuvimos también a alguien que hizo lo mismo con una ley de amnistía del Gobierno de Fujimori: la Jueza Saquicuray. No sé, pero cada vez que un Juez se aproxima más a la defensa de los derechos fundamentales, como que se vuelve incómodo para quien los atropella, entonces un Juez se vuelve un fusible.

Son las 11:30 hrs., de hoy domingo 11 de abril de 2003, llaman a mi puerta, salgo y el hombre que vende periódicos me los ofrece, compro uno, le pago… vuelvo a sentarme para terminar de escribir esto que acaban de leer, pero antes hojeo el diario y leo: “Pablo Talavera renunció irrevocablemente al Poder Judicial” y sigue la noticia: “Preocupante. Le cerraron paso en concurso de nombramiento de supremos. Dirigía desde el 2002 la Sala Penal Nacional y sentenció a Abimael Guzmán y a la cúpula del MRTA. El juez superior Pablo Talavera Elguera, coordinador de la Sala Penal Nacional (SPN) y los juzgados supraprovinciales, renunció al Poder Judicial y dejará de ser magistrado. Talavera dice que se va por motivos personales: seguir un posgrado en España y dedicarse a la abogacía. Pero en los pasillos judiciales se comenta que su decisión tiene que ver con el frustrado concurso de selección y nombramientos de jueces supremos, en el que estaba quinto en el cuadro de méritos, y la falta de oportunidades para llegar a la Suprema.”

Estoy revisando estas líneas (martes 13) y abro nuevamente El País, leo “El llamamiento de los sindicatos en defensa del juez Baltasar Garzón lo ha respaldado la comunidad universitaria abarrotando el anfiteatro Ramón y Cajal de la facultad de Medicina de la Complutense. Más de un millar de personas que han aplaudido cada apoyo al magistrado”, pienso, - aquí en el Perú fácil se reúnen dos mil, pero para atacar a un magistrado, fácil ah… El País también informa “La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial difundió el martes un comunicado en el que rechaza los actos de apoyo al juez Baltasar Garzón, que ha provocado la división en el órgano de gobierno de los jueces. La nota expresa "su preocupación y tristeza" por las muestras de apoyo al juez de la Audiencia Nacional que de "forma sistemática" se vienen produciendo y que, a su entender, suponen un ataque a "la actuación jurisdiccional del Tribunal Supremo".
Entre las fotos que trae El País sobre el apoyo de Garzón, veo al gran Almodóvar y le citan: “La sociedad tiene una deuda moral con los que perdieron la guerra y con los familiares de esos 113.000 cadáveres que yacen en las cunetas. Si Falange sienta a Garzón en el banquillo sería como si Franco hubiese vuelto a ganar y eso es muy difícil de digerir.” Un aplauso maestro. Qué más puedo decir… las noticias le pusieron punto final a este lugar de cosas nada comunes.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Mordiéndose la cola


Es común ver que los perros, entre juego y en serio – tal vez – giran y giran tratándose de morder la cola, a veces lo consiguen y otras veces no; lo primero implica seguir dando vueltas sin fin y morir en el intento, lo segundo, morderla y, en algunos casos, generar dolor, creo que es en este momento en el que el perro se da cuenta que lo que mordió es su cola.

Esa vivencia canina muchas veces me ha servido, a mí en particular, para evitar algunas rutinas en la vida personal y profesional que no conducen a nada y que muchas veces se hacen por hacer. Espero que hacer extensiva esa lección personal a lo que se conoce como Sistema de Justicia no sea tomada a mal, pero simplemente es, como se dice, una metáfora. Nada más.

El Poder Judicial ha estado en medio de la opinión pública con dos hechos: i) El cuestionamiento a un miembro de su Consejo Ejecutivo, concretamente al representante de la sociedad civil que en este caso es nombrado por los colegios de abogados y que vale la pena aclarar no es un magistrado de carrera. Este cuestionamiento se basó en una conversación telefónica en el que dicho representante – es mejor no nombrarlo, pero creo que se llama Hugo Salas Ortiz – afirmaba varios hechos que hacían dudar de su idoneidad para tal cargo de confianza. Es bueno también recordar que esta es la segunda vez que un miembro del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial tiene que apartarse de tal cargo por razones más o menos similares, ¿habrá una tercera vez?. ii) Una resolución cautelar que ordenaba, en el marco de un proceso constitucional de amparo, reponer a un profesional cuestionado y designado por El Congreso, como miembro fallido del Tribunal Constitucional (?), resolución que fue dejada – según dicen las informaciones – en suspenso, pero lo que agravó todo fue que el magistrado que la emitió, al ser fotografiado esgrimió un arma de fuego en actitud amenazante.

El Consejo Nacional de la Magistratura también ha tenido lo suyo: i) Uno de sus miembros (Efraín Anaya Cárdenas) viene siendo cuestionado e investigado por haber – supuestamente – solicitado una coima a uno de los postulantes a la Magistratura, luego de dejar sentado que el nombramiento o depende del poder político o del económico. ii) El último concurso implementado para el nombramiento de Jueces Superiores y Fiscales Supremos, ha sido públicamente cuestionado en su esencia “la evaluación y la forma de hacerse”, dejando ver que está sujeta muy subjetivamente a la opinión de abogados designados para tal efecto. Lo más saltante de esto es que un abogado de ejercicio libre calificó a un postulante a Fiscal Supremo, siendo que el primero muchas veces había sido abogado de la parte adversa en varios procesos penales.

¿Qué hay de común entre el Poder Judicial y el Consejo Nacional de la Magistratura? Lo común es que forman parte del tantas veces nombrado sistema de justicia. El Consejo Nacional de la Magistratura es la entidad encargada de nombrar, previa evaluación, a los magistrados que integran el Poder Judicial en todas sus instancias: jueces de paz letrados, jueces especializados y jueces superiores, así como en el Ministerio Público; también es la encargada de evaluar y ratificar a dichos magistrados; vistas así las cosas, el Poder Judicial tiene los magistrados que el Consejo Nacional de la Magistratura considera se los merece. Desde otra perspectiva, el Poder Judicial, está integrado por los magistrados nombrados como tales por el Consejo Nacional de la Magistratura.

Lo anterior quiere decir que el Consejo Nacional de la Magistratura y el Poder Judicial deben jugar un partido muy importante por el equipo de la justicia, ahora no sé si lo estén haciendo pues harto sabido es que no sólo debe tenerse a los mejores jugadores, sino que con ellos debe tenerse el mejor equipo, sólo eso asegura un buen partido. Pero ¿qué es lo no común entre estas dos entidades? lo no común es que no comparten objetivos, desde cada una de sus misiones constitucionales. Si se quiere una prueba de ello analicemos el comportamiento y dicho de sus representantes.

El Presidente del Poder Judicial ha solicitado la renuncia de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura y el Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura ha contestado – en una de esas vueltas que da el sistema de justicia en aras de morderse la cola – lo siguiente: “No tenemos razones para renunciar. Si se tratara de cuestionamientos, el Poder Judicial y él (se refiere a Villa Stein) en particular, habría tenido que renunciar hace tiempo porque no hay institución más cuestionada que la que él preside”[2]

¿A quien preside Villa Stein, al frente del Poder Judicial sino es a los magistrados que el propio Consejo Nacional de la Magistratura ha nombrado?, esto equivale a decir que si se cuestiona al Poder Judicial se cuestiona a los magistrados (buenos, malos y feos) que el Consejo Nacional de la Magistratura ha nombrado, ¿si esto no es morderse la cola, no sé qué lo sea?

Esto nos lleva a pensar, lo que además ya es un lugar común, en qué es lo que falla ¿el sistema o las personas?. El Presidente del Poder Judicial ha dicho en una entrevista televisiva (en la Hora N de Jaime de Althaus) que lo que falla es el sistema. A propósito de esta declaración el profesor Avendaño Valdez ha dicho: “Me pareció escuchar al presidente del Poder Judicial decir en televisión que no se trata de un problema de personas sino del sistema. En otras palabras, los hombres habrían cumplido con su trabajo, pero la organización legal de las entidades, el Poder Judicial y el CNM, no permite que se alcance lo que todos deseamos: una justicia independiente, honesta y rápida. Discrepo radicalmente”[3]. Bueno yo me sumo a esa discrepancia, siempre he pensado que lo que falla es el factor humano y si ello es así, entonces ¿a quien se nombra como magistrados, con las excepciones del caso claro está?.

El mismo Avendaño Valdez nos lo dice, lo que también es ya un lugar común “El Poder Judicial es deficiente porque sus miembros lo son, salvo excepciones desde luego. Y la razón es muy simple: la clamorosa crisis de la educación legal. ¿De dónde salen los jueces? De las escuelas de derecho y estas son muy numerosas, no tienen control alguno e imparten, en su gran mayoría, una enseñanza lamentable. La educación en general, y la legal en particular, se ha convertido en un negocio, de lo cual resulta que lo mejor es tener muchos estudiantes que paguen bien y gastar lo menos posible”. Sin comentarios.

Cambiemos de tema, hablemos de fútbol, que, como se sabe, es el deporte de las multitudes. En el último partido Universitario vs. Cristal uno de los goles de este equipo, !con el que ganó¡, fue obtenido previa mano de uno de sus jugadores, sí quien cometió la falta que invalida cualquier jugada y en algunos casos sancionada con la pena máxima que es el penal, es un jugador cuyo nombre es mejor no saber, pero creo que fue alguien a quien le dicen el Chino Ximénez declaró: “Es cierto que pare con la mano el balón, pero fue una jugada del momento que se produce en segundos y todos seguimos jugando… total, el fútbol es para los vivos, así de simple”[4].

Las preguntas son simples: ¿es la justicia un juego?, ¿le cometemos faltas a la justicia y seguimos jugando a ser justos?, ¿será la justicia para los vivos “así de simple”? ¿Qué es lo común entre estos jugadores: el Chino Ximénez, el ex Consejero Hugo Salas Ortiz y el actual Consejero Efraín Anaya Cárdenas? que ellos fueron educados en el Perú y los vemos por esa caja boba llamada televisor !!!ah…¡¡¡ “y todos seguimos jugando”, total sus jugadas fueron del momento. ¿En que momento se jodió el Perú?
[1] Juez Superior Titular de la Corte Superior de Justicia de Cusco, actual miembro de la Segunda Sala Civil. Maestro en Derecho Civil y Procesal Civil, por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
[2] Cf. Perú.21 y La República del 2 de marzo de 2003.
[3] Cf. El Comercio del 3 de marzo de 2010.
[4] Cf. El Comercio del 3 de marzo de 2010.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Machu Picchu

Recuerdo que en la universidad tenía un compañero que se preciaba de ser de Pitumarca, o al menos de haber vivido allí y tener sus propiedades; cuando le preguntábamos camino a dónde era Pitumarca, él con orgullo decía “por Pitumarca no se pasa, a Pitumarca se llega”. Creo que un cuzqueño puede decir lo mismo de esa joya histórica y natural que es Machu Picchu, “por Machu Picchu no se pasa, a Machu Picchu se llega”. Siento que Machu Picchu es un santuario, un lugar sagrado que como tal y en su origen y concepción inka era un destino, un lugar al que se llegaba y se llega sin poder ir más allá.

Ahora que Machu Picchu es una maravilla moderna y así declarada, era natural que se acentuase aún más su condición de destino turístico al que personas de todo el mundo quisieran llegar para contemplar ese maravilloso ensamble cultural en un sitio de belleza natural incontrastable. Definitivamente, a Machu Picchu se llega como destino final.

Luego de un año de trabajo, solucionando o mejor dicho, tratando de solucionar problemas ajenos, me di tiempo para colgar unos cuadros y arreglar una gotera en casa para así poder viajar tranquilo de vacaciones. Son las 7:30 de la mañana del 3 febrero de 2008, estoy en el aeropuerto de Cuzco, al que no voy muy seguido, a punto de tomar mi vuelo para Lima, y me doy cuenta que no hay el movimiento usual de turistas; no están los buses de las empresas operadoras de turismo, entonces tomo conciencia del efecto del aislamiento en el que la naturaleza ha sumido a Machu Picchu, luego de varios días de intensa lluvia que ha dañado la vía férrea por la que se llega a esa gran ciudadela Inka.

Cuando uno salía a pasear por el centro histórico de Cuzco ve realmente la presencia de turistas, caminando en grupos, subiendo y bajando de los buses que los llevan de un lugar a otro, paseando por parejas o pequeños grupos ingresando a tiendas y restaurantes; los sábados y domingos los turistas invadían la plaza de armas y le daban un colorido especial, allí están quienes les ofrecen souvenirs, tours y porque no lustrarles los zapatos.

Una lluvia intensa sobre el Cuzco hizo incrementar el caudal de río Vilcanota que discurre por todo el Valle Sagrado de los Incas, así, este río, al ingresar hacia la localidad de Aguas Calientes, luego de Ollantaytambo, llegó con tal fuerza que dejó estropeado muchos trechos de la línea férrea por la que llegaba el turista al destino Machu Picchu.

Este evento de la naturaleza dejo aislado a Machu Picchu y Aguas Calientes, el efecto inmediato fue que más o menos 4,000 turistas quedaron literalmente varados sin poder salir hacia Cuzco, con la consiguiente falta de alimento, agua y servicios. El dinero en efectivo dejó de salir de los cajeros, el precio de la comida y el agua subió (a río revuelto ganancia de pescadores), la desesperación empezó a hacer presa fácil a las personas que tenía la urgencia de salir de Machu Picchu para continuar su periplo. El Gobierno tuvo que hacer un puente aéreo impresionante con helicópteros para evacuar a los turistas y llevar alimentos y agua. En fin, una situación de emergencia sin precedentes.

La afluencia de turistas a Machu Picchu se ha detenido, ha quedado suspendida; dicen que restablecer la línea férrea tomará como unos dos meses, otro tiempo similar será aquél que se tome en restablecer lo más difícil, la confianza del turista en que si vuelve a suceder lo que sucedió tendrá la garantía de que no le pase nada y, si acaso ello sucede, no quedar aislado y tener que ser virtualmente “rescatado”, tal y como se informó a nivel mundial sobre la actividad que el gobierno tuvo que desplegar para evacuar de Aguas Calientes a los más de 3000 turistas que quedaron aislados en su destino, mediante vuelos constantes de helicópteros.

El Cuzco ahora está sin la presencia de turistas, esa afluencia continua de ciudadanos del mundo con destino a Machu Picchu y de paso por el Cuzco se ha detenido. Sin duda, el impacto en la economía cuzqueña que vive del turismo es muy grave, como grave es la pérdida de ganancias de esas empresas no cuzqueñas que explotan el turismo y dan trabajo a cuzqueños. De una manera u otra todos pierden.

¿Que ha quedado luego de esta lección de la naturaleza?

Lo primero, que ante un embate de la naturaleza, el pueblo de Aguas Calientes puede ser borrada del mapa. No sé cuanto se atienda a esta lección, lo más seguro es que la actividad continúe allí como hasta ahora, sólo que la historia se repetirá en el futuro y no sé – no estoy seguro – si se evacuarán turistas o cadáveres. Alguien dijo, con orgullo, “las ciudadelas inkas no han sufrido daño alguno”, claro y obvio, es que lo Inkas no fueron tan negligentes para construir Machu Picchu, por ejemplo, abajo donde esta Aguas Calientes, sino que ellos construyeron esa Llaqta Inka arriba pues sabían guardar respeto por la naturaleza, lo mismo puede decirse de Ollantaytambo, de Pisaq y el mismo Saqsayhuamán.

Lo segundo, la demostración de cuán frágil era y es el sistema de explotación del recurso turístico denominado “Machu Picchu”, pues si la primera lección se asume como verdadera, se ve que tantas empresotas de renombre nacional y mundial, no tienen un plan que afronte la contingencia latente que la naturaleza representa para sus clientes y huéspedes, pues el golpe de la naturaleza podría haber sido mayor. Tal vez sea el tiempo de pensar que Aguas Calientes debiera ser sólo una eficiente estación de tránsito y nada más, tal y conforme lo fue en el pasado.

Lo tercero, que gran parte de la economía cuzqueña depende del turismo y éste en particular de Machu Picchu; si más de dos meses tomará restablecer la confianza en ir a ese destino, no cabe duda que muchas pequeñas y medianas empresas de servicios turísticos se vendrán abajo, como siempre la cuerda se romperá por el lado más débil: los trabajadores, llámense estos guías, porteadores y empleados de planta. Resulta obvio que las pequeñas empresas no tendrán un respaldo económico suficiente para poder soportar sus planillas, pero ¿qué hay de aquellas cuyos nombres son rimbombantes? Si no pueden soportar dos o tres meses sin la actividad económica a la que estaban dedicadas, quiere decir que sólo explotan el turismo a tajo abierto, sin previsión alguna y así como le piden al trabajador su esfuerzo y dedicación en épocas de bonanza, no es justo que ahora se la devuelvan a los trabajadores?

Será el tiempo de ver aquellos restaurantes que menosprecian a los cuzqueños, sus precios los excluyen de su ámbito de sus servicios, para poner sus precios a su alcance y, así, hasta que vuelvan los gringos, soportar el momento con los mestizos y cobrizos. ¿Será posible una campaña así?. Total, cuando vengan nuevamente los gringos todo seguirá igual, al menos por un tiempo y como parte de una economía de sobrevivencia esos lujosos restaurantes deben mirar al Cuzco y a los cuzqueños. Es curioso, pero estos negocios pensados en gringo ¿podrán algún día pensar en cholo?, al menos para pasar el mal momento.

No sé por qué, pero siento que ahora Machu Picchu se está tomando, gracias a la madre naturaleza, un pequeño descanso, un pequeño respiro… de tanta presión y volumen de visitantes sin control alguno. Creo que en la Plaza de Armas del Cuzco – al menos por un tiempo breve – se hablará sólo castellano. No sé porque pero pienso que de este embate de la naturaleza debemos sacar varias lecciones y que la más importante es explotar Machu Picchu de la forma más consciente y racional posible ah… y sin olvidar al Cuzco y a los cuzqueños.